Académicos señalan que la presa El Molinito disminuyó la actividad agrícola y afectó la vegetación en Hermosillo.
La presa El Molinito, construida en la década de los noventa para responder a las necesidades de la ciudad capital, impactó negativamente en las actividades productivas de la zona, informó ayer Nicolás Pineda Pablos, académico del Colegio de Sonora especializado en “gestión integral del agua”.
“Ha disminuido mucho la agricultura desde la presa El Molinito, ha habido cambio de uso de suelo. Ha habido un importante cambio en la vegetación, que se ha reducido, según estudios satelitales. La agricultura disminuyó de nueve mil 500 hectáreas antes de la presa a dos mil 100 hectáreas en 2001 (después de la presa)”, explicó el científico social durante el panel ‘Voces comunitarias de las personas afectadas por el sistema de presas’.
El académico destacó que dicha presa no fue construida para abastecer de agua a la capital del estado, sino para dar cauce y evitar inundaciones u otros desastres ambientales provocados por grandes flujos.
Los efectos no deseados que se desencadenaron tras la construcción de la obra fueron más allá del golpe a la agricultura, señaló Ismael Limón, excomisario del ejido Molino de Camou y expresidente de la Unidad de Riego.
“(En la actualidad observamos que) donde hay disponibilidad de agua subterránea, no hay ninguna presa (y donde sí hay presas, el agua subterránea se encuentra comprometida). Nosotros nos imaginamos que al construir dos presas más arriba va a suceder lo que sucedió con la Abelardo L. Rodríguez y El Molinito, que va a generar problemas en el agua subterránea”, afirmó el ciudadano.